A imaxe recolle unha das dinámicas de grupo celebradas no obradoiro. Tres persoas traballan xuntas sobre un mapa impreso nunha cartulina grande, pegada na parece. Colocaron pegatinas de cores nos lugares que cada un considerou que podían ser importantes e encheron a parede con notas en posits sobre que contarían neses puntos. Este traballo analóxico e presencial foi o exercicio previo ao traballo en mapas dixitais colaborativos

¿Sabes todo lo que puedes contar en un mapa?

Si escuchamos hablar de mapa digital colaborativo puede ser que de entrada no tengamos muy claro de qué se trata, pero lo cierto es que es una herramienta muy interesante a la hora de contar un relato.

Hablamos de colaborativo porque estas herramientas permiten que varias personas a la vez introduzcan información en el mapa, coordinadas en torno a un proyecto común.

Y hablamos de digital o virtual porque empleamos la tecnología. Mediante propuestas de carácter libre y colaborativo, como Open StreetMap, o vinculadas a plataformas, como Google My Maps.

¿Qué podemos hacer nosotros en un mapa?

De toda la vida os mapas sirvieron para ubicarnos. Desde que los tenemos en el móvil tal vez no nos fijamos tanto, pero cuando sólo existían en papel, la búsqueda de un punto en el mapa nos permitía «lerr» todo un contexto.

Monumentos, ríos, montes, carreteras, lugares,… Todo aparecía señalizado con sus correspondientes leyendas. Y generaba un relato orientado a darnos información sobre el territorio. 

Lo que nosotros podemos hacer en n mapa en blanco es, en líneas generales, contar lo que queramos en relación a un lugar. Podemos hablar de monumentos, ríos y montes también. Pero desde nuestra perspectiva.

O de otra manera. Por ejemplo, lugares en los que nos sentimos felices o que nos dan miedo. Podemos también ubicar la memoria colectiva, ofreciendo contenidos sobre el mapa. Asociados a lugares concretos, en forma de testimonios en vídeo, audio o fotos con textos explicativos.

En definitiva, en un mapa podemos contar lo que queramos. Podemos hacerlo solos. Pero si lo hacemos en equipo construiremos un relato mayor. ¡Y seguro que aprenderemos mucho más!

Nuestras experiencias con los mapas digitales

En BenCuriosa experimentamos, de la mano de la investigadora y facilitadora María Masaguer, las posibilidades de las cartografías digitales colaborativas.

Lo hicimos en una sesión con varios de los grupos que participaron en los Laboratorios Itinerantes de Cultura Digital. Fue una experiencia puntual, casi de cierre de los talleres. Pero nos sirvió para darnos cuenta de las posibilidades creativas -e también de aprendizaje, en lo que respecta a determinadas destrezas digitales- de los mapas virtuales.

Ahora ampliamos esa experiencia  en el marco de unos talleres de creación digital celebrados en Ferrol, en los que también participaron compañeros de los Labs, como es el caso de Roi Guitián, de Gingko.

El resultado fue un mapa de la memoria elaborado por personas diversas, con diferentes niveles de competencias digitales. Al final, todos habían aprendido a realizar investigaciones documentales y pequeños vídeos para recoger la memoria industrial y vecinal.

Unos trabajos con los que elaboraron recorridos (relatos de la ciudad) en base a su visión particular del territorio. Juntos, esos relatos generaron un mapa mucho más rico que esos mapas, tan útiles, que muestran monumentos, ríos, montes o carreteras.

¡Y nosotros quedamos con ganas de seguir mapeando!

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